como no morir en el intento.
Esta es una historia de superación ¿Hacer la mochila? Para mi es sinónimo de dolor. Después de procrastinar durante toda la semana a última hora lo lanzo todo al aire y espero a que , con suerte, caiga algo de utilidad en la mochila. Sin embargo, un viaje de varios meses me puso a prueba. Y aunque mi instinto inicial fue meter todo sin ton ni son, entendí que cada gramo cuenta. ¡Y vaya si cuenta!
Se recomienda que el peso de una mochila no exceda el 15% del peso corporal total. Dado que peso alrededor de 83 kg, mi límite sería de 12 kg. Según esta regla de reconocida veracidad que encontré en internet, si quisiera poder llevar más cosas podria pero, tendría que adoptar con antelación una dieta basada en churros.

1. Mochilas
Me hice con una que parece tener bolsillos infinitos de 40 + 50 litros. Aunque sigo buscando algunos objetos que guardé la verdad está funcionando genial para el viaje.
También me hice con una mochila plegable muy cómoda y ligera en la que le caben objetos para el día a día (como el portatil). Es útil para las escapadas diarias, la maleta de mano del avió e incluso sirve para hacer un pequeño trekking, torceme el tobillo y amortizar así la tobillera estrategimanete almacenada que no aún estoy buscando.
2. El drama de la Ropa
- Zapatos: Nadie me avisó que no puedo llevar todos mis zapatos. Al final, me quedé con unas deportivas que, sorpresa, ¡ también sirven para correr! (y salir corriendo si es necesario). Decidí comprarme unas chanclas comodas durante el viaje.
- Bolsas de almacenaje: La mejor decisión fué usar 3 bolsas de viaje para ordenar la ropa. 2 Grandes para la ropa de uso normal y una pequeña para la ropa interior. En serio que esto marcó la diferencia.
- Ropa: En la bolsa pequeña almacené la ropa interior suficiente para no hacer el vuelta y vuelta en una semana. Chubasquero, forro para el frío, mi bañador, ropa cómoda para dormir , así como 2 pantalones cortos ligeros y uno largo ligero de trekking y 6 camisetas (entre las que se encuentran 2 técnicas útiles también para correr).
- Gorra y sombrito de la epoca colonial: Para protegerte de los molestos rayos del sol y para evidenciar que después de todo eres turista de chancla y calcetín.
3. Salud, Seguridad y Documentación:
- Higiene: El jabón no hace daño a nadie, menos si te revienta en la mochila: ¡usa bolsas herméticas!
- Kit de vendaje: Porque con mi suerte, si puede salir mal, saldrá mal (Salió mal).
- Pastillas para la malaria: Uno nunca sabe cuándo puede necesitarlas. En serio, ¿cuando se supone que te las debes tomar?
- Gafas de sol: Para las fotos playeras de instagram y ocultar el las ojeras que siempre te acompañan.
- Documentación y tarjetas: Todo lo necesario para moverte, y pagar las cosas pues viajar no sale gratis. Recomendable poner la documentación en una bolsa impermeable.
4. Gadgets:
En mi mochila no podían faltar:

- Macbook Air, esencial para «trabajar» y escribir artículos tan interesantes.
- Teléfono: para mantenerme conectado (y las selfies, claro).
- Auriculares: Mis auriculares de diadema Sony XM5. Sé que cada gramo cuenta, pero si eres como yo y solo te las dás de viajero pero no lo eres. son especialmente importantes en esos momentos que requieres evadirte y evitar así cualquier interacción humana.
- eBook: para tener la opción de leer, porqué para leer lo uso poco.
- Cables: Todos los cables y cargadores bien juntos para disponer de mi colección de nudos marineros cuando sea necesario.
- Libretas y pinturas: Porque si, y porque pinto y escribo tonterías.
- Snorkel: Gafas de snorkel para hacer snorkel necesarias para cuando decidas hacer snorkel.
Así pues, aunque enfrentarse a este desafío fué una montaña rusa emocional, mirar mi mochila y ver todo lo que he logrado compactar en esos escasos 10kg, me hace sentir tremendamente orgulloso. Ha sido un viaje de autodescubrimiento, pudiendo así priorizar y reconocer lo esencial en la vida. Mi mochila ha alcanzado su estado Zen y está lista para enfrentar cualquier aventura que se le presente. Con el proceso te das cuenta de lo poco que necesita uno para vivir. Después de todo lo aprendido es posible que ya no necesite este viaje, pudiendome así quedarme en casa y disponer libremente de todas mis pertenencias.